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Vivienne Westwood: ícono de la moda punk

La carrera de Vivienne Westwood no puede describirse en pocas palabras: diseñadora de modas, madrina del punk, decana de la moda británica, ícono de la moda.

Su gran legado no encaja en un marco habitual. "Ni siquiera puede resumirse en un libro entero", admitió acertadamente el crítico Alexander Fury.

¿Quién era Vivienne Westwood?

Una infancia idílica

La pequeña Vivienne nació el 8 de abril de 1941 en el pueblo de Tintwistle, al norte de Inglaterra. Allí creció y vivió feliz y tranquila. Le encantaba leer, pero eso no le gustaba a su madre, que afirmaba que hojear las páginas no era saludable para los ojos. Un día obligó a su hija a deshacerse del carnet de la biblioteca a cambio de cinco chelines. Así que la pequeña Viv pidió prestado el carnet a sus amigas y se entregó a la lectura en secreto. Esta prohibición no hizo más que despertar su interés por el conocimiento, la exploración cultural y la fantasía, que más tarde se reflejó en su obra.

London calling

Vivienne no tenía intención de pasarse la vida en un pueblecito, así que con solo 17 años se marchó a Londres para estudiar moda. El movimiento youthquake no había hecho más que empezar en la capital del swing. Viviene, una aparentemente tranquila profesora de arte, no rehuía la diversión. Conoció a Derek en una fiesta. Se casaron en 1962. De día, Derek Westwood trabajaba en la fábrica Hoover, y por las tardes impartía cursos de baile. Lo que esperaba de su recién casada era una dedicación total al hogar. Vivienne, ávida de nuevas experiencias y sensaciones intelectuales, se divorció de Derek en 1966, manteniendo su apellido.

Un encuentro decisivo

Cuando Vivienne conoció a Malcolm McLaren, futuro mánager de los Sex Pistols, su vida adquirió una nueva dimensión. McLaren, al igual que Westwood, creía que la música y la moda estaban intrínsecamente unidas. En 1971, decidieron abrir una pequeña boutique en King's Road, donde la música y el arte se fusionaban con la moda. En la tienda "Let It Rock", Malcolm vendía discos, mientras que Vivienne vendía ropa y joyas creadas por ella misma. Un año más tarde, la tienda cambió por completo. Esta vez el letrero anunciaba "Too Fast to Live Too Young to Die" (Demasiado rápido para vivir, demasiado joven para morir) y la decoración pasó del color caramelo a un tono más apagado. La boutique presentaba creaciones de Westwood: pesadas chaquetas de cuero, blusas de tartán, camisetas con tachuelas e incluso cascos de soldado. Sin embargo, la verdadera polémica llegó en su tercera edición, cuando se colocó un gran cartel rosa con la palabra "SEX" sobre la entrada.

Malcolm McLaren y Vivienne Westwood, Londres años 70’s

Los años 80

No fue hasta 1981 cuando Vivienne pensó por primera vez en sí misma como diseñadora de modas al presentar la colección "Pirata", creada en colaboración con McLaren. En ella predominaban los pantalones anchos estilo culotte, las camisas sueltas con mangas abultadas y los puños de encaje. Las prendas características de Vivienne se convirtieron en collages de diferentes culturas, épocas y tradiciones. En la colección "Savage", los cuadros de Picasso y Matisse se mezclaban con la filmografía de David Lynch, mientras que en "Buffalo Girls (Nostalgia of Mud)", las costumbres de los nómadas del desierto se fundían con el folclore peruano. No dudó en inspirarse del vestuario de la mismísima Reina Isabel II. Los años 80 también fueron decisivos para Vivienne por su separación de McLaren. La fama de la diseñadora contribuyó a ello, pero también los celos y la megalomanía de su pareja.  Westwood no estaba dispuesta a detenerse. En 1984, Hanae Mori la invitó a participar en el "Big Five", un desfile conjunto de cinco diseñadores en Tokio (entre ellos Calvin Klein y Claude Montana). Sin embargo, Vivienne se mantuvo fiel a lo británico y regaló al mundo la colección "Anglomanía", en la que triunfaron las minifaldas cortas tipo kilt escocés y las blusas jabot.

Órdenes reales y una boda

La Reina Isabel II, aquella cuyo rostro perforado con alfileres de gancho, aparecía en las camisetas punk de Westwood, condecoró a la diseñadora con la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la moda nacional. Vivienne aceptó la medalla vestida con un traje de tweed que disimulaba su falta de ropa interior. De hecho, tampoco llevaba cuando el Príncipe Carlos le concedió el título nobiliario de Dama, demostrando que se es anarquista por el hecho de serlo, no por hacerlo. En 1993 se casó con Andreas Kronthaler, un alumno al que había dado clases en Viena y que con el tiempo se convirtió en su mano derecha. Ambos formaban un sólido dúo. Con su ayuda, Westwood pudo dedicarse a otros temas sociales: las violaciones de los derechos humanos, la crisis climática o la libertad de expresión.

Siempre comprometida socialmente

Las creaciones de sus pasarelas clamaban: "Compra menos", "El fracking es un crimen", "Hemos vendido el alma del consumo" o "Lo que es bueno para el planeta es bueno para la economía". La propia Westwood reconoció que su empresa y ella misma son parte del problema. Sin embargo, nunca es tarde para cambiar las cosas. En 2011, donó un millón de libras a la fundación medioambiental Cool Earth, que lucha contra la deforestación de los bosques primarios. Unos años más tarde, en colaboración con la ONU y la Iniciativa de Moda Ética, dio trabajo a las comunidades más pobres de Kenia, haciéndoles participar en la creación de bolsos con materiales reciclados. En 2017, lanzó una campaña para animar a la industria de la moda a utilizar únicamente energías renovables.

La leyenda británica de la moda falleció el 29 de diciembre de 2022 a los 81 años, dejando a su marido Andreas Kronthaler, con quien dirigía la casa de moda, y a sus dos hijos. "Seguiré trabajando con Vivienne en mi corazón", escribió Kronthaler.

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